La primera piedra de la catedral definitiva se colocó el día del señor apóstol Santiago o sea el 25 de julio de 1782, siendo el arquitecto de la obra Marcos Ibáñez, quien se hizo cargo de la obra un año, ya que tuvo que volver a España, entonces se encargó de la misma Antonio Bernasconi. Dicho arquitecto murió en 1785, Ernesto chinchilla dice que lo reemplazó temporalmente el aparejador Sebastián Gamundi y hubo necesidad de suspender la obra catedralicia, porque el fiscal de la real audiencia consideró que el maestro albañil José de Arroyo no era suficiente para dirigir con acierto la construcción. El ingeniero don José de la Sierra, hizo entonces un reconocimiento laboral y rindió de ella prolijo informe que le valió ser considerado con manifiesta capacidad inteligencia en la arquitectura civil y podrá corregir estos defectos llevando esta “santa iglesia” a la perfección, según el criterio de la Comandancia de ingeniería del virreinato de México el ingeniero ordinario don José de la Sierra recibió logra cuando comenzaba a salir de cimientos y su labor fue muy desacertada pues rectificó su placer e hizo y deshizo lo que le viene en gana de completo acuerdo con el cabildo eclesiástico. Mientras tanto la importante cuestión de si el techo sería de bóveda fue sometido por el Consejo de Indias al célebre don Juan de Villanueva tienen un informe muy técnico pro la propuesta y señaló ciertos defectos en los planos con que se trabajaba el ingeniero cierta, lo que motivó una averiguación sobre el estado de la obra. De todo ello resultó que el ingeniero había laborado planos y por el real orden del 13 de abril de 1801 se le reprendió por haber dirigido una hora simplificación durante 10 años y haber desperdiciado los fondos reales. En 1802 quedó a cargo de la obra interinamente el ingeniero porta, que hacía de sobrestante y después lo reemplazó don Pedro García Aguirre artista reconocida capacidad grabador y dibujante, que a la sazón había demostrado su talento como arquitecto la iglesia de Santo Domingo, convento de la misma orden y otros importantes trabajos. Se pensó entonces que era llegado el tiempo de espera España un arquitecto y propósito para continuar la catedral de Guatemala, 16 de agosto de 1803, fue designado don Santiago Mariano Francisco Márquez, nacido en Madrid, de origen italiano, que después de dichas peripecias dio fin a los principales trabajos de catedral. En 1815, menos la portada y las torres que se realizaron actuar durante varias décadas. La dedicación solemne del templo catedral de la arquidiócesis de Santiago de Guatemala, que desde 1847 goza del singular privilegio de ser basílica agregada a la de San Juan de Letrán. Se celebró el 23 de julio de 1900 860 con ocasión de estrenarse el altar mayor de mármol ama fabricado con los fondos que para ese fin fueron legados por el Ilustrísimo señor Deán. Doctor don Antonio Larrazábal, obispo electo de Comana. El 24 se expuso el santísimo Sacramento, en el nuevo altar y celebró la misa el señor arzobispado Francisco García Peláez. El 25 se celebró la fiesta del señor Santiago apóstol, titular de la arquidiócesis, concurriendo a los actos al señor corregidor y municipalidad, habiendo cantado la misa el padre don Tomás Ortega que están un magnífico ornamento para la ocasión se compró y se trajo de Francia. Para ocasión tan importantes fueron diversos adornos con que se embelleció la Iglesia catedral sobresaliendo entre ellos tres arañas de cristal, venía de Francia de las cuales la más grande era de 100 luces y 16 candelabros murales de bronce dorado el conduce luces cada uno, para colocarse los arbotantes todo lo cual fue donado al templo por el ilustrísimo irreverente hicimos doctor don Bernardo Piñol Aycinena Obispo de Nicaragua. Asediando, Ilustrísimo señor Aycinena el maestro escuela señor don José Mariano Ocaña y don Luis Batres faltaban todavía las torres del templo catedral. Por fin haciendo grandes esfuerzos económicos se contrató el 1 de mayo de 1882 a los señores Andrés Everest y y Juan tonel que ofrecieron ejecutar el trabajo a un costo aproximado de $33,000 corriendo por cuenta del venerable cabildo, además toda la piedra labrada con anterioridad cuyo costo de superó los $5000 torres y frontispicio en el que se intervinieron adicionalmente $17,800 estuvieron concluidos el 5 de marzo de 1867 para regocijo del señor arzobispado García Peláez que muy pronto menos de cinco meses después fue llamado por el señor.