Se cuenta que los primeros habitantes del lugar, hace mucho tiempo, se dedicaban al comercio, principalmente a la venta de utensilios de cocina, animales domésticos y herramientas de trabajo. Viajaban de comunidad en comunidad y, al anochecer, pedían posada en las casas. Se les permitía descansar en el corredor o en la troja cuando no había cosechas almacenadas. Por esta razón, las viviendas fueron construidas con corredores amplios, pensados para brindar alojamiento a los comerciantes.

Cuando los comerciantes no encontraban un lugar donde descansar, buscaban cuevas o espacios amplios y secos para pasar la noche. En la comunidad de Chinacual, donde antiguamente había pocas casas y habitantes, se dirigían a una peña ubicada a pocos pasos del camino real que conecta la aldea La Laguna con la aldea El Tzalay, atraviesa toda la comunidad de Chinacual y llega hasta la aldea Nillá, colindante con Santiago Chimaltenango. En este sitio se puede apreciar una gran peña y, debajo de ella, una cueva o espacio natural que ofrecía refugio. Desde ese punto también se observan las comunidades de Los Coles, El Jute, Chalá, parte de La Pinada al sur del municipio y una sección del territorio de Santiago Chimaltenango.