William Geovanny Bámaca reside en el municipio de Ixchiguán, en el departamento de San Marcos. Cuenta con muchos años de experiencia ofreciendo sus servicios como vidente profesional, labor que ha desarrollado con dedicación, constancia y compromiso hacia quienes lo consultan.

Se le reconoce por su capacidad para percibir y describir sucesos con profunda comprensión y agudeza mental, lo que le permite analizar, deducir e inferir aspectos del entorno y de las personas. Gracias a estas habilidades, orienta a sus consultantes y les ayuda a anticipar posibles comportamientos o situaciones, brindándoles guía espiritual y apoyo emocional.

William Geovanny Bámaca realiza sus lecturas y presagios a través del tarot, los frijoles y los cristales con agua. Cada uno de sus mensajes es considerado de alta efectividad, lo que le ha permitido ayudar a miles de personas a descubrir nuevos caminos y a formar nuevos criterios de vida, promoviendo la importancia de dejar atrás el pasado para avanzar con mayor claridad.

Entre los trabajos que realiza se encuentran la sanación de enfermos por distintos métodos, limpias espirituales, saturaciones personales, ceremonias mayas, entre otros rituales tradicionales. Asimismo, posee el don de sentar mesas espirituales, en las que participan comadronas, chamanes, hueseros, clarividentes y guías espirituales.

Los materiales utilizados en cada ceremonia varían según su tipo, la intención del ritual y las posibilidades económicas de quien ofrenda. Entre los elementos más importantes se encuentran:

Las flores, consideradas ofrendas de reconocimiento. Según el Popol Wuj, las flores ayudaron a Junajpú e Ixbalanqué a salvarse de Xib’alb’a, por lo que quienes son Ajpú deben tener una maceta en casa como representación de su Nawal.

El pom o copal, resina de árbol utilizada como ofrenda principal por el aroma de su humo; existen distintas clases y tamaños.
La cascarita, cáscara de árbol de olor intenso.
Las candelas de nueve colores, que representan la naturaleza y se utilizan según la necesidad del oferente. La candela de cebo se emplea para recordar a los difuntos.
El cuilco, en forma de pequeñas monedas, utilizado para pagar frente al nawal de cada día hasta completar los veinte nawales.
El incienso natural, que agrada al Ajaw.
El chocolate, para agradecer y pedir necesidades importantes.
El azúcar, que simboliza endulzar lo amargo y facilita la lectura del fuego.
La canela, que en ocasiones se mastica y se ofrenda para liberar amarguras.
El ocote, de gran significado, ya que según el Popol Wuj salvó a los abuelos del peligro en Xib’alb’a.
Las hierbas, como chilca, laurel y manzanilla, utilizadas para limpiar energías negativas, el cansancio y los males del cuerpo.
La mirra, para atraer fuerzas positivas.
El ajonjolí, empleado para solicitar prosperidad económica ante el Tz’ikin.
El agua florida, utilizada para limpieza y purificación antes y durante la ceremonia.
La miel o panela, para endulzar situaciones difíciles.
Los puros y cigarros, usados para consultas y acompañar a los abuelos.
El aguardiente, ofrecido con respeto y moderación, considerado medicinal para los abuelos espirituales.
En casos especiales también se utilizan otros elementos, como:
Cohetillos y bombas, que anuncian la alegría de la ceremonia y comunican mensajes a través del movimiento del fuego y las chispas.
El huevo, empleado para consultas específicas, cuyo comportamiento indica respuestas según el punto cardinal.
Gallinas, gallos o palomas, utilizados en peticiones mayores, ofreciendo su sangre o el cuerpo como sacrificio, y en algunos casos compartiendo el alimento como parte del ritual.