El curato de Jacaltenango, fue fundado por fray Pedro Angulo y fray Juan de la Torre, a mediados del siglo XVI, por encargo de fray Bartolomé de las Casas, poco después de instauradas las Leyes Nuevas. Para tal efecto, como relata fray Antonio de Remesal : «…con infinito trabajo juntaron los pueblos de caseríos o familias de indios tan apartados unas de otras que cada una tenía lengua diferente, como se echa de ver en la particular que cada uno habla, usando la mexicana como al general común…». Esto evidencia el carácter multiétnico de la primera parroquia fundada en los montes Cuchumatanes, que en un principio incluyó lo que más tarde sería la parroquia de Soloma. Región habitada por acatekos, chujes y q’anjob’ales en la parte alta y popti’es en ladera, además de la posibilidad de que los frayles juntaron a algunas familias tojolabales, tzeltales y coxoh de las planicies vecinas. Es hacer notar que debido aquel nahuatl era la lengua franca conocida por todos en Mesoamérica, se le empleó para catequizar a las distintas comunidades indígenas hasta bien entrado el siglo XVIII.

La Parroquia de Jacaltenango estuvo administrada por la Orden de Santo Domingo hasta la segunda mitad del siglo XVI. Los dominicos se encargaron de la construcción de iglesias y edificios públicos en la cabecera del curato y en los pueblos «visitas» de éste.

Alrededor de 1567 la parroquia fue entregada a la Orden de la Merced. En la segunda mitad del siglo XVII durante la administración de la Orden de la Merced, el curato se dividió en dos: Nuestra Señora de la Purificación y San Pedro Soloma.