En la década de 1930, llegó a San Andrés, Petén, una joven llamada Petrona, acompañada por varios familiares, entre ellos su padre. Provenía del estado mexicano de Campeche y había llegado al municipio, que en aquel entonces era muy conocido por la explotación de la chiclería y la abundancia de árboles de chicozapote.

Petrona firmó contrato con uno de los contratistas locales, y año tras año renovaba su trabajo. Su contrato culminaba en noviembre, mes en que se celebraba la feria regional de San Andrés. La llegada de Petrona y de los chicleros al pueblo era motivo de gran alegría: los pobladores de la cabecera municipal solían exclamar, “¡ya vienen los chicleros!”. El 21 de noviembre se iniciaba el novenario en honor al patrono, y tras los rezos en la iglesia, comenzaban los bailes amenizados por conjuntos de marimba.

Durante estas celebraciones, Petrona, ya de avanzada edad, solía romper el baile, tomando de la mano a cualquier joven o adulto y bailando con él hasta el final. La gente la llamaba cariñosamente tía Tona. Sin embargo, en una feria, la tía Tona no apareció, lo que generó gran expectación en el pueblo. Los chicleros explicaron que Petrona había fallecido a causa de la mordedura de una serpiente barba amarilla. Este suceso causó tristeza en toda la comunidad, y los niños, que no podían pronunciar bien su nombre, decían “¡la chía Tona!”, expresión que con el tiempo se transformó en La Chatona.

Un vecino entusiasta llamado Sabino Castillo, deseoso de honrar la memoria de este inolvidable personaje, decidió construir una gran muñeca, intentando reproducirla en forma y tamaño según sus habilidades artísticas. El primer día de la feria, Don Sabino presentó la muñeca en el atrio de la iglesia, mientras la marimba amenizaba la alborada, y anunció a los presentes: “¡Aquí está La Chatona! ¡Hay que bailar!”. Un joven de apellido Maradiagas fue el primero en bailar con la muñeca, dando inicio al tradicional baile de La Chatona, que se ha mantenido hasta nuestros días.

La Chatona también es mencionada en la canción “Cuando vayas al Petén”, que en uno de sus versos dice:
«Cuando vayas al Petén, conocerás a La Chatona, que bailando de traspiés, porque ella es de San Andrés.»

Autor: Collí Zetina