En lo que respecta a sus antecedentes históricos, el edificio del Crédito Hipotecario Nacional fue construido en el espacio que ocupaba el antiguo Estadio Autonomía, conjuntamente con los otros edificios que conforman el Centro Cívico. En lo referente a sus características físicas, la planta baja es totalmente transparente, se encuentra elevada del nivel del piso por una plataforma, todo su perímetro está recubierto de vidrio, y sostenido por columnas de concreto recubiertas de mármol negro. Los cuatro niveles superiores, presentan parteluces en sus fachadas laterales (norte y sur), son planchas dispuestas de forma lineal, las cuales forman un diseño geométrico que se integra al resto del edificio y a su entorno urbanístico. La fachada oriente ostenta cinco relieves de concreto y granito de mármol, de 6.00 metros por 14.00 metros, y fue elaborado “in situ” por Efraín Recinos. El conjunto de paneles simulan estelas mayas y fueron denominados por el autor como “La Historia del Comercio”, de izquierda a derecha, el primero narra el mundo prehispánico, el segundo la industria productiva, el tercero el ahorro, el cual el trabajo y, el quinto se refiere a la actividad comercial. La fachada poniente también está conformada por otros cinco paneles de concreto, elaborados por Roberto González Goyri, y que de izquierda a presentan el tema del trueque y el intercambio, la industria, el ahorro, la agricultura y la cultura, al igual que los paneles del lado oriente, simulan estelas prehispánicas. Estos relieves, además de ser obras de integración plástica que buscan retomar aspectos de la identidad guatemalteca aplicados en la arquitectura contemporánea, sirven como controladores de la iluminación solar en el interior del edificio. Su interior es funcional, y la mayoría de ambientes se encuentran definidos por tabicaciones reversibles que permiten la versatilidad en el manejo del espacio. EN el ingreso en torno al cubo de ascensores se encontraba una obra de Carlos Mérida que asemejaba un textil indígena, el mural fue concebido en esmalte sobre cobre en una gama de colores ocre, dorado, azul y rojo sobre mármol blanco, fueron dañados por el terremoto de 1976 y retirados. En el quinto piso hay otro mural del mismo autor en el las planchas de cobre se encuentran sobre un fondo de madera. Estilísticamente, el edificio se enmarca dentro de la Arquitectura Internacional, con integración plástica de artista guatemaltecos, y con cuyas formas se intenta fusionar nuestro pasado artístico con la modernidad. Urbanísticamente, también retoma el concepto de las plazas y las plataformas prehispánicas, en lo referente a la disposición de los principales edificios del Centro Cívico. Patrimonialmente, dadas sus características y antecedentes, el edificio está clasificado como Patrimonio Cultural categoría “A”, de acuerdo al Artículo 4º del Acuerdo Ministerial 328-98 del Ministerio de Cultura y Deportes, y forma parte del Centro Cívico, declarado Conjunto Histórico en el artículo 2º del Acuerdo Ministerial citado.