De pequeña mis noches eran ensayos y ensayos, cada fin de semana invitaban a la cofradía de Ciudad vieja a convites, y ahí estaba yo con mi tías y madre, como quien dice éramos pata de chucho. En primaria dirigí mi primera obra teatral para una tarde familiar, en secundaria adapte un capítulo del libro de Cuadros de Costumbres de Pepe Milla y lo dirigí. Al pasar el tiempo no pensé en hacer teatro, no era rentable y no tenía tiempo, moría sin saberlo, en mayo 2004, observe publicado un taller de teatro impartido en el Teatro de Arte Universitario y hasta la fecha sigo acá. He trabajado en diferentes montajes y algunas temporadas, siempre lo vi como una profesión de fe, porque no había paga, eso no importaba yo tenía un trabajo estable, pero ya no podía vivir en dos mundos tan diferentes, dejé mi trabajo estable por vivir del arte, eh, mala elección; pues es muy difícil vivir dignamente del teatro, y he tenido trabajos que pequeños que me ayudan con mi vida artista. Siempre he pensado que la capacitación es muy importante y lo he logrado con diversos talleres. He trabajado en todos los festivales de teatro y en la mayoría de los encuentros de estudiantes, a veces doy talleres de teatro. Hace unos par de años entre a otro faceta del teatro, aquella que aún es menos prodigiosa en pago, que es la investigación teatral. Heme aquí terca, obstinada pero feliz con trabajar en el teatro, aunque la paga sea tan efímera como la puesta en escena.