Registro Nacional de Artistas
Soy un alma indómita que se niega a ser encasillada, un crisol donde conviven la Psicología, la Antropología Social, la Filosofía, la Teología y la riqueza ancestral de Iximulew, traducida en palabras y en signos (Lengua de Señas) y la ancestral voz del K’iche’. Mi vida es un puente que conecta mundos, historias y corazones con una pasión que quema suave, pero constante, como una chispa que nunca se apaga.
He caminado junto a comunidades sordas, niños y jóvenes invisibilizados, llevando mi voz y mis manos para que sus silencios sean escuchados, para que su luz brille con fuerza. En el Centro Educativo Regional de Occidente para Niños Sordos y Ciegos, aprendí a enseñar, a escuchar con el alma; y fue ahí donde, con mis colegas, tejimos un refugio psicológico para quienes la sociedad a menudo olvida.
La pandemia no fue un obstáculo, fue un llamado para reinventarme: me convertí en un aliado tecnológico para educadores, en un puente digital donde hacer de la distancia un encuentro cercano y lleno de sentido. Mi presencia en la radio en línea y en la producción audiovisual es el reflejo de una voz que quiere reescribir narrativas y encender emociones.
En el núcleo de La Esperanza, en Quetzaltenango, con cada avance sólido y determinante, descubrí el poder de transformación del trabajo comunitario; mi corazón voluntario se llenó de DESGUA, fortaleciendo a las mujeres y reconstruyendo vidas frente a viento y marea. Psicopedagogo, intérprete, soñador y creador: cada rol que abrazo es una pieza más del mosaico que soy.
Ser jurado en el concurso «Cuentos y Leyendas» fue un honor, porque reconocí en cada historia la magia y el latido incesante de nuestra cultura. Mis premios no son solo medallas, son recordatorios constantes de que la cultura, la inclusión y la justicia social son fuerzas que arden dentro de mí y que me impulsan a desafiar límites.
Soy la calma con chispa, la paz que no se conforma, quien camina con los ojos abiertos y el corazón encendido. Y aunque mi viaje ya es intenso, sé que lo mejor está por venir. Te invito a ser parte de esta travesía, a descubrir juntos cómo se puede transformar el mundo con voluntad, ternura y un toque de irreverencia.
