PROCEDIMIENTO DEL JUEGO

Se reúnen a los niños del vecindario, sin exigir un número mínimo ni obligar a quienes no deseen participar.
Entre los participantes se eligen dos vendedores, dos compradores y dos cargadores.
El resto de los niños se convierte imaginariamente en jarritos, colocándose según su estatura dentro del espacio asignado, de manera que parezcan jarros ordenados.
Los vendedores anuncian la venta en su propio idioma, aceptando cualquier objeto de utilidad como forma de intercambio (trueque).
Al escuchar el anuncio, los compradores se acercan con los objetos que utilizarán para adquirir los jarritos (por ejemplo: hojas de plantas, piedrecitas, frutas).
Los compradores seleccionan entre los niños que representan a los jarritos (quienes se colocan con las manos detrás de las piernas y sentados sobre ellas).
Los cargadores colocan al “jarrito” entre el comprador y el vendedor. El comprador evalúa su “estado” dando pequeños golpes con el puño en la cabeza del participante, simulando el proceso de revisión del objeto, y se genera un diálogo de negociación.
Una vez realizada la selección, el comprador llama a sus cargadores para trasladar los jarritos hacia su “casa” sin dejarlos caer. Si alguno se cae, debe devolverse al vendedor para ser cambiado por otro jarrito.