Edgar Bailón es un joven artista de 24 años. A los 17, su vida cambió drásticamente cuando fue víctima de una bala perdida que impactó en su columna vertebral, provocándole una lesión irreversible que lo dejó sin movilidad en las piernas y lo llevó a depender de una silla de ruedas.

A pesar de los desafíos, Edgar encontró en el arte una nueva razón para vivir. Un día, al observar una pintura del mar, quedó profundamente cautivado por el azul intenso del agua. Esa imagen despertó en él un interés genuino por la pintura. Aunque su primer intento no fue como esperaba, no se rindió. Persistió, practicó una y otra vez, hasta que logró perfeccionar su técnica y comenzar a generar ingresos a través de la venta de sus obras.

A lo largo de su camino como artista, ha logrado vender 10 pinturas, lo cual representa no solo un logro económico, sino también una muestra de su determinación y talento. Aunque el entorno en el que vive no siempre le ofrece las condiciones más favorables para desarrollarse, Edgar continúa luchando por su sueño: perfeccionar su técnica y vivir plenamente del arte, su más grande pasión.