Ubicado en una cuchilla del barrio San Sebastián, este lugar forma parte de una de las zonas más antiguas y representativas del municipio de Escuintla. El sector, que en sus inicios comprendía una extensión considerable del actual barrio, fue durante mucho tiempo un punto de referencia para los habitantes locales.

Con más de un siglo de existencia, este sitio ha sido testigo del crecimiento y transformación de la ciudad. En sus primeros años, se encontraba en una zona apartada del núcleo urbano de la cabecera departamental, rodeado de vegetación y caminos de tierra que servían como rutas de paso para comerciantes, agricultores y viajeros.

A lo largo de las décadas, el lugar se consolidó como un espacio de descanso, encuentro y entretenimiento, donde generaciones de escuintlecos se han reunido para compartir momentos de convivencia, disfrutar del entorno y mantener vivas las tradiciones del barrio. Su permanencia en el tiempo lo ha convertido en un símbolo de identidad local y en un testimonio vivo del desarrollo histórico de Escuintla.